Abordar un libro, según Amanda Paccotti
Pistas metodológicas Todo texto plantea una cuestión central que es necesario resolver: Cómo abordar su lectura. ¿Podría existir una metodología para hacerlo? ¿Si así fuera, tendría sentido práctico su aplicación? ¿Qué espera cada lector obtener de la experiencia de lectura? Algunas pistas metodológicas pueden extraerse de las reflexiones que siguen.
Yo entro sin llamar y por la puerta de atrás.
Ya se trate de un libro recomendado, prestado, comprado – por elección o por impulso – o regalado, cuando llega a mis manos necesito hojearlo, mejor dicho ojearlo de atrás para adelante. Leo su contratapa, sus solapas, la editorial, el año de edición, busco la bibliografía, toco la tapa para disfrutar si es papel satinado y hasta gusto sentir su olor de tinta fresca o humedad de repisa. Demoro el comienzo de la lectura y cuando estoy por finalizarlo también demoro, remoloneo, en las últimas páginas.
Esa es mi forma de entrar a la lectura pero tu invitación me movió a intentar encontrar el porqué de esta ceremonia: porque soy hija única de una familia de ferroviarios donde hubo mucho cariño y cuidados pero pocos, diría que casi ningún, libro en la casa. Lo mismo pasaba en mi vecindario del viejo pueblo de Alberdi.
- Porque en este barrio funcionaba la biblioteca pública y la escuela Carrasco y allí sí que esas estanterías llenas de libros me atraparon de manera inmediata en cuanto aprendí a leer! Me atraían los grandes tomos de la Enciclopedia Británica o el Tesoro de la Juventud, tapas de cuero, letras doradas y todo un mundo conviviendo entre sus páginas: las pirámides de Egipto con la selva amazónica, Saturno y sus anillos con los grandes inventos de la humanidad, el David con el Big Ben!!!
- Porque debía apurarme para ser la primera en entrar a la biblioteca y poder elegir ¡entre tantos! el que me llamara por su atractiva presencia exterior.
- Porque cuando llegaba a casa con el libro elegido era un trofeo que yo disfrutaba abierto sobre el hule de la mesa de la cocina -bien limpio como exigía mi mamá- para que no se arruinara y lo pudiese devolver en las mejores condiciones.
- Porque poco a poco logré ser propietaria de libros y ya no me desesperaba por el tiempo que pudiese tardar en leerlos pero siempre la misma ceremonia dilatando el momento de entrar a la lectura.
- Porque -no sé por qué- los libros siempre estuvieron y están a mi lado. Me gusta tenerlos alrededor mío, no inmóviles sino circulando entre amigos o en la biblioteca del barrio, la misma biblioteca pública donde hoy, ya con el tiempo libre que deja la jubilación, colaboro como voluntaria.
- Porque estoy contenta que sigamos pensando en libros y en cómo entramos a la lectura. Yo aconsejo mi método, ese regodeo del objeto antes del deleite de la letra.
La autora en su salsa: Amanda Paccotti
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Categoría: Abordar un libro