Abordar un libro, según Clarisa Barraza
Pistas metodológicas Todo texto plantea una cuestión central que es necesario resolver: Cómo abordar su lectura. ¿Podría existir una metodología para hacerlo? ¿Si así fuera, tendría sentido práctico su aplicación? ¿Qué espera cada lector obtener de la experiencia de lectura? Algunas pistas metodológicas pueden extraerse de las reflexiones que siguen.
En los últimos años, la mayoría de mis lecturas son en la computadora, salvo en vacaciones que le doy descanso a la máquina y retomo el libro. Puedo leer relajada en un sillón, en la playa, sentada en un bar o en una biblioteca. Mi relación es directa con el texto y el alrededor, no importa.
Si es una lectura ligera de vacaciones (aun la de un libro), nada, sólo me dejo llevar. Si me atrapó mucho, vuelvo a releer aquellas situaciones que me impactaron.
Frente a publicaciones de Internet las leo como lo hago con el diario. Títulos, subtítulo y volanta, todo lo que me dé un resumen de la nota. Dos alternativas, si no me interesa, parto a otra nota. Si me interesa, leo el primer párrafo entero, si me interesa leo todo con atención y guardo algo que me intereso mucho. Si pierdo interés, leo los comienzos de párrafo y ojeo el resto para ver si encuentro alguna palabra que me interesa y si es así , vuelvo a releer con atención. Guardo en la computadora mucho material clasificado en carpetas y también lo almaceno en Delicius para poder leerlo en cualquier máquina que no sea la mía. Para que las publicaciones lleguen a mí, utilizo Google Reader, Alertas de Google que suplantaron a Bloglines.
Si la lectura es de un libro de estudio, mi actitud, herramientas y estrategias, cambia. Utilizo lápiz para subrayar y papelitos para marcar hojas con anotaciones. También puedo llegar a dejar en el libro, una ficha, donde hago más anotaciones y destaco páginas que debo releer. Aquí soy mas metódica y lenta.
La autora en su salsa: Disfonema
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Categoría: Abordar un libro