Abordar un libro, según Roberto Sardi
Pistas metodológicas Todo texto plantea una cuestión central que es necesario resolver: Cómo abordar su lectura. ¿Podría existir una metodología para hacerlo? ¿Si así fuera, tendría sentido práctico su aplicación? ¿Qué espera cada lector obtener de la experiencia de lectura? Algunas pistas metodológicas pueden extraerse de las reflexiones que siguen.
El mundo tal como lo conocimos está KO. Medio en la lona, diría yo. Si esto es así, muchos de los usos y costumbres colectivas en las que hasta ahora, mal que mal, habíamos podido descansar, están desalojados.
La lectura es una de ellas. Mejor dicho, la forma en que hoy leemos lo que el azar, la necesidad o el deseo ponen frente a nuestros ojos.
Cómo abordar un libro es una pregunta pertinente. Lo que tal vez no sea pertinente es el discurso que se apresura a responder esta pregunta. Todo parece indicar que ya no se podría conservar con pureza absoluta la posición de lector y predicar una forma, una metodología determinada para este proceso (el de la lectura). Sólo podemos arrimarnos a una configuración, a un intento de construcción. Probar. Sugerir. Intentar. Nunca un esto es así. Jamás un se comienza de esta manera, se continua y finaliza de esta otra. Si esto es así, la figura del lector tal como lo describe la literatura o la academia ha muerto.
Se puede responder entonces con una especie de indeterminación no evasiva sino provocativa. Así como no hay ningún futuro escrito en ningún lugar preclaro, abordar un libro dependerá de infinitas contingencias (el humor, el estado amoroso, el clima, el tener o no dinero en el bolsillo, el ritmo cardíaco, mis deseos de leer palabras o de hacer cruzamientos y relaciones, el lugar físico desde el cual leo, mi comodidad o no frente al papel o la pantalla, si leo por placer o por obligación laboral, mi relación erótica con ese libro y mil cosas más).
Todo esto son condiciones y no determinaciones para abordar un libro. Resulta imposible no tomarlas en cuenta. Pero resulta medio estúpido asumirlas como determinaciones. Algo queda claro: leer un libro sigue siendo un acto posible. No para todos, claro está.
El autor en su salsa: Vértigo DC
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Categoría: Abordar un libro