Abordar un libro, según Verónica Pena
Pistas metodológicas Todo texto plantea una cuestión central que es necesario resolver: Cómo abordar su lectura. ¿Podría existir una metodología para hacerlo? ¿Si así fuera, tendría sentido práctico su aplicación? ¿Qué espera cada lector obtener de la experiencia de lectura? Algunas pistas metodológicas pueden extraerse de las reflexiones que siguen.
¿Qué cómo le entro a un texto me preguntan? ¿A qué texto? ¿Uno literario, por ejemplo… un cuento de Chejov, una novela de Faulkner, un soneto deshecho de Gelman, una obra de Kartún, un caligrama digital de Duc Thuan, una tragicomedia de Lope, un ensayo de Nieztsche, una…? ¿Uno de esos que estudio… los diarios, la enciclopedias electrónicas serias y paródicas, el diccionario de la RAE, los ensayos críticos y filosóficos y los estudios académicos de revistas especializadas que sólo consulto por Internet, comentándolo todo catárticamente en mis notas de Google y rompiéndome el mate para etiquetar futurológicamente? ¿A esos otros de la biblioteca o de mi casa, tan caros algunos (el Moliner) que abro como tesoros y exprimo a pura marca, escribiendo mis ocurrencias (nunca resumen) en el cuaderno? ¿Al que leo en el subte, al que leo antes de acostarme, o al que leo para la clase de mañana o al que leo derivada desde mis clases de canto o de fotografía, o al que leo para llevar a mis colegas en la capacitación, o al que me lee mi marido cuando algo lo supera de fascinación o escándalo o al que no puedo dejar en la librería y se viene a casa a esperar con paciencia que venere, le tome confianza, lo revuelva en el bolso con otro montón de manías?
Pero es falso este recuento. Lo primero que entendí fue otra cosa. Y recordé… -degeneración profesional-… que a veces leo yo o mis alumnxs en voz alta, otras leemos todxs en silencio y después… después me callo la boca y no les pido nada, entonces, empiezan a contar lo que les pasa con la lectura o preguntan o protestan, o sí les pido: que elijan una palabra o una pregunta o un tema para ofrecer a la discusión de la ronda (siempre ronda) con sus compañerxs, o un recuerdo o una imagen o una peli que asocien a lo leído y, entonces, después, que opinen sobre (hagan trizas) el cuestionario que viene después en la guía, en el manual, o les llevo otro texto/canción/video/artículo del diario porque viene a cuento, o que escriban ellxs o que…
Entonces, me digo ¿cómo le entro a un texto? Acompañada, casi pertrechada de otrxs, mis cruces, que no me dejen sola con ese vampiro.
La autora en su salsa: Miro tu ojo – Qué hay de leer – Veraicona
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Categoría: Abordar un libro