Aprendizajes no intercambiables

| 9 junio, 2010 | 7 Comentarios

inmersion300x275La afirmación que sigue, cayó sin anestesia, en un foro en el que participo, en respuesta a la pregunta por el tutor en un modelo e-learning: El tutor tiene el mismo rol que un profesor presencial.

Como siempre, creo que estas situaciones son excelentes oportunidadades para hilvanar ideas que ayudan a pensar otras cuestiones. Eso me propongo.

Para delimitar el territorio y ponerlo casi en forma esquemática empezaré con otra afirmación: Lo virtual y lo presencial, no son intercambiables. Nada en el universo virtual tiene el mismo rol que en el universo presencial. Esto incluye el dispositivo de apropiación del conocimiento y como obvia consecuencia, a los actores que participan de él.

Mientras en la presencialidad el formato de intercambio es la frontalidad (casi siempre asociada a un modo de circulación unidireccional de la información: hay uno que sabe y los demás aprenden), en la virtualidad, el formato de intercambio es la inmersión y está asociado a la heterarquía y en consecuencia a la multidireccionalidad en el flujo de información.

En la inmersión, el conocimiento está descentrado, está alrededor del sujeto que aprende y éste puede accederlo cuando le resulte más propicio. No está en los textos ni en las personas. Va y viene entre unos y otras potenciándose con las diferentes intervenciones, porque tiene la configuración de una conversación: es polifónico, pulsante, se ramifica aleatoriamente derivando en cuestiones de relevancia diversa y es autopoyético.

En la frontalidad, el conocimiento emana de una fuente, está centrado en ella y se imparte desde un formato que no sólo es monologal, sino que -mientras se emite- ocupa transitoriamente la posición de la verdad. De la palabra autorizada. ښnica.

Llevándolo al extremo, se puede decir que tiene alguna proximidad con discuso de adoctrinamiento. No deja espacio para los matices de la diversidad.

Las condiciones para el aprendizaje en el modelo de la inmersión, siempre son más propiciatorias, porque la oferta se arma alrededor de la convergencia de una serie de factores que en la presencialidad no son posibles: Contenidos, grupalidad, flexibilidad horaria, abordaje asitido y posibilidad de administrar la sincronicidad y el ritmo de trabajo. Aún cuando se hace necesaria una base de conocimientos y prácticas tecnológicas y autogestivas, estas condiciones des-estresan la comunicación.

Desde el punto de vista de la experiencia, son más enriquecedoras porque le permiten al sujeto verificar su inteligencia: todos pueden aprender algo de todos y pueden enseñarle algo a alguien.

En la presencialidad importa el texto por sobre cualquier otro parámetro y en la virtualidad el contexto subordina al texto. Por eso no es lo mismo estar en cualquier red social o compartir cualquier curso virtual. Se aprende más donde circula información más calificada y no donde los textos son más elevados. El contexto, las opiniones de los otros, la conversación en general, ayudan a metabolizar el contenido que se transmite y a descubrir nuevas aristas, que en la presencialidad, se reducen (casi siempre) a la visión del docente.

Como ejemplo de esto, me gustarí­a rescatar una experiencia de ampliación de la perspectiva teórica, que no hubiera sido posible en el modelo presencial. Sucedió con el programa Sociabilidad 2.0 que dictó  Franco Ingrassia en el Campus netAbras. Yo hice la primera cursada pesencial del seminario, que compartí­ con un grupo de docentes, profesionales y alumnos de diferentes extracciones, todos residentes en Rosario. Tal como estaba planteado el tema, sumado a las habilidades didácticas de Franco, me resultó un trayecto rico y absolutamente satisfactorio. Allí se fueron tomando autores que en los últimos 30 años han reflexionado acerca de la sociabilidad y se fue tejiendo una sustrato conceptual a partir de ellos.

Al año siguiente apareció la posibilidad de transcribirlo para ser administrado en formato virtual y lo hicimos. Entre los cursantes, tuvimos un sociólogo e investigador de redes sociales orientado a las prácticas políticas, con residencia física en Venado Tuerto y una socióloga que trabaja como docente de la escuela media en un establecimiento del tercer cordón del Conurbano Bonaerense. Lo que la conversación entre ellos le aportó al programa, me resultó inesperado: sobre todo en los textos de Antonio Negri y de Manuel Castells, hicieron una relectura ajustada a la realidad latinoamericana, que a mí­ no se me había ocurrido pensar cuando asistí­ presencialmente.

Los modelos de apropiación del conocimiento remiten, en la presencialidad, al tipo industrial: reglado, sistematizado, homogéneo, etc. Y en la virtualidad, al tipo agrícola: generar las condiciones para que cada uno aprenda de acuerdo a su propia historia y competencias. Por eso los roles del profesor y del tutor no pueden ser los mismos.

Hace algunos años, referido al tema del rol del tutor, desarrollé algunas ideas en el artí­culo Cardadores, que puede resultar un buen complemento de lo que aquí­ digo. En realidad, es como creo que habrí­a que nombrar esa función.

Fuente de la imagen: Cine 5x

 

 

 

 

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Categoría: Tips y TICs, Trama y relaciones

Acerca del Autor ()

Padre. Hacedor. Resiliente. Estudiador. Curioso. Persistente. Apasionado. Aprendí a contar con un ábaco. En el primer año de la secundaria soñaba con tener una regla de cálculo. Hasta tercero lidiamos con las calculadoras personales y los permisos para usarlas en clase. Cuando fui profe universitario me preguntaba si debía aprobar los trabajos hechos en la computadora personal. La primera portable que tuve me mostró las ventajas de la movilidad y la segunda me presentó a Internet. Hoy, ayudo a las personas y a las organizaciones a involucrarse con los entornos 2.0.- Fundé Seco & Serif en los 90, tuve que aprender prácticamente solo a hacer producción gráfica digital cuando no había nadie alrededor. La primera aplicación que aprendí a manejar fue Adobe Illustrator 3. Y la última —seguramente— será la que salga mañana. Nunca quiero ser el más inteligente sino el que más trabaja. Soy prácticamente autodidacta aunque tengo títulos y certificados que dicen otras cosas. Hace muchos años que leo y pienso acerca de la posición del sujeto frente a la explosión digital y todos los días celebro que me haya tocado estar aquí en esta época.

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