Perfil de LinkedIn para tu Marca Personal

| 7 mayo, 2023 | 0 Comentarios

¿Con qué expectativa subimos a la Red? ¿Qué buscamos que suceda allí para nosotros? Inicialmente esperamos algo — y no siempre sabemos de qué se trata lo que queremos—, pero esperamos que nos convoque. Por alguna razón, la mejor música que una persona puede escuchar es su nombre en boca de otro, sobre todo cuando detrás del propio nombre, puede advertir un llamado, una demanda amorosa… No por casualidad la partícula ego forma parte de la palabra fuego.

La siguiente pregunta podría ser ¿cómo esperamos que ocurra eso que deseamos? Lo ideal sería que se produjeran grandes movimientos generados por acciones pequeñas, pero muy bien direccionadas. Alguna vez habrá escuchado que a eso se le llama sinergia, pero el nombre es lo de menos. Lo importante es que siempre esperamos que haciendo un poco de algo, las cosas funcionen. ¿Qué decimos aquí con que queremos hacer poco, aunque esperamos obtener mucho resultado? Se atribuye a Arquímedes una afirmación que podría  responder a eso: dame un punto de apoyo y moveré el mundo. Como se ve, ese saber acerca de las palancas no es nuevo. Lo novedoso es la lectura que podríamos hacer hoy en el mundo de las redes: encontrar una reinterpretación que permita aplicar aquel saber en este contexto.

Agreguemos una variable más a la problemática: pensemos en una red concreta, de la que podamos servirnos como instrumento para relacionarnos con algo, o alguien. Hablemos de LinkedIn, la red de la que Forbes dice:

Mil millones de usuarios conectados en 200 países alrededor del mundo, parece un destino importante si está buscando linkear con alguien o con algo: es más de 10 veces la población de Alemania, más de 20 veces las de España o de Argentina.

A diferencia de otras redes, cuando se trata de búsquedas laborales, LinkedIn muestra la relación de los contactos que uno tiene, con las búsquedas que ha señalado dentro de un rango de interés. Y como si fuera poco, indica quién publicó la búsqueda y cómo conectar con ese usuario.

¿Alcanza con eso para tener resultados en esta red? Claro que no. En un universo de casi mil millones de contactos, es incalculable la cantidad de mensajes que circulan yendo y viniendo entre los diferentes nodos. Partiendo de la premisa de que no todos los mensaje tienen la misma jerarquía y potencia comunicativa (cosa que no necesita demasiada demostración), la pregunta correcta sería ¿cómo debería uno emitir mensajes para que queden formando parte del conjunto de los más eficaces y con mayor potencia comunicativa? La respuesta está en cómo hacer un perfil en LinkedIn.

Y en este punto es una buena idea volver a conectar con Arquímedes. Uno quiere hacer poco esfuerzo y obtener un resultado apalancado, pero necesita saber en qué punto tiene que apoyar la palanca. Esa era también la preocupación del de Siracusa (que hoy se llama Alejandría). Poco esfuerzo, significa que usted no lo haga, sencillamente porque trabaja de otra cosa, que le deje a un especialista la tarea, o a lo sumo, se capacite tomando un curso de marca personal. Porque no se trata sólo de elegir una foto y decidir cuántas palabras ocupará en la descripción de su perfil, sino de algo bastante más complejo, que no tiene que ver con buscar, sino con ser encontrado por los cazadores de talentos.

Categoría: Tips y TICs, Trama y relaciones

Acerca del Autor ()

Padre. Hacedor. Resiliente. Estudiador. Curioso. Persistente. Apasionado. Aprendí a contar con un ábaco. En el primer año de la secundaria soñaba con tener una regla de cálculo. Hasta tercero lidiamos con las calculadoras personales y los permisos para usarlas en clase. Cuando fui profe universitario me preguntaba si debía aprobar los trabajos hechos en la computadora personal. La primera portable que tuve me mostró las ventajas de la movilidad y la segunda me presentó a Internet. Hoy, ayudo a las personas y a las organizaciones a involucrarse con los entornos 2.0.- Fundé Seco & Serif en los 90, tuve que aprender prácticamente solo a hacer producción gráfica digital cuando no había nadie alrededor. La primera aplicación que aprendí a manejar fue Adobe Illustrator 3. Y la última —seguramente— será la que salga mañana. Nunca quiero ser el más inteligente sino el que más trabaja. Soy prácticamente autodidacta aunque tengo títulos y certificados que dicen otras cosas. Hace muchos años que leo y pienso acerca de la posición del sujeto frente a la explosión digital y todos los días celebro que me haya tocado estar aquí en esta época.

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